
Mujer.
Tibio de bordes, cuerpecito jugueteando inevitable en su universo inacabado, laxo microcosmos de elásticos felinos: su muy muy, su tan casi, su apenas.
Me anudo en la madera blanda de ese baile frutado, la primavera de la sangre.
Yo soy ese vientre, y me lanzo de nuevo.
Sos la viva voz de mi raza, mujer.
La carne es sabia, y grita con fuerza.-
4 comentarios:
Hermoso.
Bien... ahí. se pone contento el Ser, se pone contento el dasein.
Está decente...
Muyy bueno...
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