Ella sonrió.
-No lo sé. Renuncié a mi trabajo en Nueva York.
-Levantó la vista hacia el cielo.- Lo único que quiero es ser felíz.
Con Fritz soy felíz... así que estoy aquí.
Yo asentí con aire pensativo.
-Sí, me parece razonable.
Ella rió.
-No durará. Nada dura. Pero ahora estoy felíz.
-Felíz- murmuré y traté de concentrarme en esa palabra.
Pero es una de esas palabras que, como Amor, nunca pude entender del todo.
Casi todas las personas que trabajan con palabras tienen poca fe en ellas y yo no soy ninguna excepción,
en especial con las importantes como Felíz y Amor y Honesto y Fuerte. Son demasiado elusivas y demasiado relativas cuando se las compara con otras más triviales como Punk y Vulgar y Farsante. Yo me siento cómodo con estas últimas, precisamente porque son endebles y fáciles de entender, pero las grandes son difíciles y hace falta ser sacerdote o tonto para emplearlas con alguna dosis de confianza."
de "Días de ron", Hunter S. Thompson.
👍 40 años del fallecimiento de la princesa Alicia, condesa de Athlone
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La princesa Alicia, condesa de Athlone, en 1963.
Fotografía © Yevonde Portrait Archive / Mary Evans Picture Library.
Hace cuarenta años, Su Alteza Real ...
Hace 4 meses.
10 comentarios:
palabras, sólo eso
Acuerdo con Hunter, como casi siempre.
acuerdo con la Niña, como... bueno, acuerdo con la Niña.
jue
Acuerdo con la niña (esto no pasa muy seguido) "Y" con A.
Acontecimiento que se merece un brindis!
La niña-
Acuerdo con estar de cuerdo, sobre esta cuestión en particular, sin querer hacer del acuerdo en sí el quid de la cuestión.
Eso sí, voy a invesigar un poco sobre el cazador Thompson este.
El quid del quid de la cuestión es el acuerdo Don quixote.
Preguntele a Thompson sino.
El quid del quid de la cuestión es el acuerdo Don quixote.
Preguntele a Thompson sino.
Compartía la oscura sospecha de que la vida que llevábamos era una causa perdida, de que éramos todos actores, engañándonos a nosotros mismos en una odisea sin sentido. La tensión entre estos dos polos opuestos -un idealismo inquieto por un lado y una sensación de desastre inminente por el otro- me mantenía en acción.
Hips! Hace falta no tener un gramo de decencia en la sangre para usar esas palabrotas sin un sonrojo de vacilación...
¡brindo por los indecentes!
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