04 junio, 2006

Una mujer.


"Comenzó a ponerse prendas de Nick: una camisa, un par de medias, para sentirlo cerca, para tratar de comprender por qué había hecho eso, estar con otra mujer. Y en esta nueva empatía, en este rol de los pantalones, como en una ópera, creyó entender lo que era hacer el amor con una mujer, abrir su interior oculto como un alimento secreto, por delante y por atrás, como un títere, mirarla después cuando ella se levantaba y caminaba por el cuarto donde ya no estaba el hombre, sin recordar la injuria que sin duda el hombre le había infligido. ¿Cómo podía ese hombre no amarla, no estar agradecido y maravillado ? Ella era tan misteriosa, tan dueña de sí; un pensamiento no compartido le daba brillo a sus ojos; cualquiera desearía seguir con ella para siempre.
Un hombre enamorado. Eso era un hombre enamorado.
Tan diferente de una mujer.

Una mujer limpiaba la cocina. Una mujer daba y ocultaba, daba y ocultaba, como algunos juguetes mecánicos."


Lorrie Moore, "Vida comunitaria", de "Es más de lo que puedo decir de cierta gente".

2 comentarios:

Unknown dijo...

Una vez tratamos de echarlos con el humo. Encendimos el fuego, sabiendo que estaban allí, con la esperanza que el humo los hiciera subir, salir por la chimenea y no volver nunca. En cambio se prendieron fuego y caían en el living, quemados, o en llamas, hasta que se morían. Los enamoramientos son así -concluye-.

A.- dijo...

"Son todos así."

In Vino Veritas, pero en cerveza también!