25 julio, 2006
Conductas extravagantes cinco.
. puteo a los gritos a un gordo borracho en el intercórdoba, por un pedo que me tiré yo. me da verguenza y me bajo por la puerta de adelante cuando frena el colectivo a levantar a una mujer. son las seis am había hecho nada más que dos cuadras. tenía que ir a trabajar y no voy, me quedo cuatro horas en esa parada con dolor en el estómago sudo mucho y siento que todos me miran. vomito. un señor mayor me ayuda a levantarme "no estoy borracho" le digo. no estoy borracho o drogado. ya son más de las diez.
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7 comentarios:
vas tomando forma, existencia real:
te tomas el intercordoba.
compañero de sufrimiento y ,quien sabe, tal vez desconocido compañero de esperas
quizas seas quien logra hacerme sufrir con un pisoton...
te pregunto de nuevo: ¿te conosco?No respondas tan rapido esta vez.
salu2
quir-k
capaz que me pisaste vos che.
pueeede ser.
pasame tu mail, te paso el mio (era asi,no,no...como era?)
yo
ya
lo se
no
sos
spam
saludos
terrible estado;
ni borracho
ni drogado;
y el tiempo ?
: igual se va
!que estados!
como a j., me gustan tus puntuaciones
desrrealización. cuando ya no podés soportar las cosas mínimas que hacen la realidad y empieza la locura, cada cosa necesita muchísimo esfuerzo para sostenerse como teniendo un sentido, y todo se fragmenta y se vuelve insoportable.
la temporalidad justamente es una de las cosas que más se alteran.el tiempo marca nuestra percepción y la de un mundo como coherente, marca el ritmo, la memoria, la personalidad. que el tono de voz de una persona te haga vomitar o gritar en pánico...
desrrealización. cuando ya no podés soportar las cosas mínimas que hacen la realidad y empieza la locura, cada cosa necesita muchísimo esfuerzo para sostenerse como teniendo un sentido, y todo se fragmenta y se vuelve insoportable.
la temporalidad justamente es una de las cosas que más se alteran.el tiempo marca nuestra percepción y la de un mundo como coherente, marca el ritmo, la memoria, la personalidad. que el tono de voz de una persona te haga vomitar o gritar en pánico...
justo, buenisimo
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