09 agosto, 2009

Limpieza (casi) general.

(a G.C.)

Me deshice de mí

de casi todo de mí

porque quería partir de cero esta vez

Tiré primero los recuerdos

Primero los recuerdos tiernos

-el cariño es una medusa-

Después los malos,

eso fue más fácil

Tiré los miedos y los sueños y los

Malos hábitos

También los buenos

Porque quería empezar

De cero

Tiré todo o prácticamente todo

Lo que había aprendido

Y lo que había olvidado también

(tiré huecos, silencios sordos)


Quedaron las palabras

(necesitaba personal de mudanza)


Después le tocó el turno al cuerpo.

Me deshice de los pies maltrechos y de las

Rodillas doloridas

Y los dedos cloqueando de las dos manos

Dije “adiós, adiós dedos de piano!”

Y los dedos se fueron cantando canciones

De ruidos de huesos

Y les siguieron los brazos,

Enamorados.


Tiré las piernas a los perros

Callejeros de mi barrio (me ladraban sonriendo)


Hacía mucho que había perdido la cabeza

Por una mujer

Así que no hizo falta tirarla.


El corazón también se lo había llevado

Otra mujer.


El estómago ya había cerrado.

Y la boca renunció a comer entonces, pero también

A besar a otras bocas.

Así que tenía el resto del pecho, los hombros,

Las nalgas, la espalda

Los genitales.


Mis perfectos pulmones se los llevó

Un viejo alegre que prometió

-solemnemente con una mano nudosa en lo alto-

“No volver a fumar nunca más”

Y se alejó tirando besos

Viejito sonriente con una boina

¡Me regaló un ramito de margaritas!

Fue un buen negocio.


A mis hombros les dije adiós,

Y juntos se fueron

Con las nalgas

A vivir en un departamento del centro

De la ciudad

Redondas parejas de piel cálida

Y pelos.


Mi espalda se la llevó un primo que nunca trabajó.

Él la sabrá cuidar.

La va a sacar al sol,

Me dijo,

De cuando en cuando.

Le dí un beso a mi espalda y le dije

“chau!”


Me quedaban los genitales,

Un embrollo de inquietudes y deseos

Con una sonrisa lobuna

Una mirada de perro en celo

Pero

-lo sé-

También una infinita ternura,

Les dije

“chicos, es hora de irse”

Pero ellos no se fueron.

“vamos” les dije

“fuera de aquí!”

“Entonces me voy yo!”

Amenacé

“Bien, a ver si puedes!” me respondieron


Y bien, pues aún no he podido.

2 comentarios:

talchú-ué dijo...

clá!! Definitivamente , con este poema, los muchachos de la cofradía te pagan los tragos !!! Y sí, culito contra la pared : a Ginsy le gustarías mucho , muchachito !! (¿lo pensaste bien? capaz que... No, no,quedate ahí, nomás je je )

A.- dijo...

cuidado con ese viejo!

In Vino Veritas, pero en cerveza también!